Archive for décembre, 2015

FURTADO: Ilha das Flores >..< L’Île aux fleurs

samedi, décembre 19th, 2015

en français: http://www.dailymotion.com/video/x7b855_l-ile-aux-fleurs-ilha-das-flores-jo_shortfilms

BRIENT: de la servitude moderne

samedi, décembre 19th, 2015

de la servitude moderne

« Toute vérité passe par trois stades :
En premier lieu on la ridiculise;
en deuxième lieu on s’y oppose violemment;
enfin on l’accepte comme si elle allait de soi. »
Schopenhauer

texte en français: http://www.delaservitudemoderne.org/texte.html

vidéo en français: http://www.delaservitudemoderne.org/video.html

afficheDLSM

 “Toda verdade passa por três estágios.
No primeiro, ela é ridicularizada.
No segundo, é rejeitada com violência.
No terceiro, é aceita como evidente por si própria.”
Schopenhauer

 A servidão moderna é um livro e um documentário de 52 minutos produzidos de maneira completamente independente; o livro (e o DVD contido) é distribuído gratuitamente em certos lugares alternativos na França e na América latina. O texto foi escrito na Jamaica em outubro de 2007 e o documentário foi finalizado na Colômbia em maio de 2009. Ele existe nas versões francesa, inglesa e espanhola. O filme foi elaborado a partir de imagens desviadas, essencialmente oriundas de filmes de ficção e de documentários.
O objetivo principal deste filme é de por em dia a condição do escravo moderno dentro do sistema totalitário mercante e de evidenciar as formas de mistificação que ocultam esta condição subserviente. Ele foi feito com o único objetivo de atacar de frente a organização dominante do mundo.

Jean-François Brient e Victor León Fuentes

http://www.delaservitudemoderne.org/index.html

Vídeo dublado em português’: http://www.delaservitudemoderne.org/video-po.html (tiraram o som do Rage Against the Machine (killing in the name) ao final e colocaram uma música orquestrada, como que pra não ’embalar’ demais – mas já sabemos que há uma fetichização até nessas imagens de confronto e que nossa tarefa vai muito além dessas trincheiras (sem por isso negar o papel dessas táticas). Em todo caso, apesar de algumas imagens do vídeo mais reduzirem o potencial reflexivo do texto,  tem muita citação e reflexão que parece valer a postagem. Trata-se de pensamento crítico e não dos tikos e tekos logarítmikos que por uma postagem se adere a uma série de analogias…

O texto em pdf tá aqui: http://www.delaservitudemoderne.org/texto-po.html

FERNÁNDEZ: Gobierno autónomo zapatista

jeudi, décembre 17th, 2015

[facebookado da página Escuelita Zapatista II grado]

[Desculpem-me por deixar os grifos e negritos das anotações de leitura. Texto ‘limpo’ publicado aqui: http://enlacezapatista.ezln.org.mx]

Gobierno autónomo zapatista
Características antisistema político mexicano


Este trabajo es resultado de un esfuerzo colectivo el cual no hubiera sido posible sin la participación y colaboración activa de las bases de apoyo y autoridades autónomas zapatistas de comunidades, municipios y Junta de Buen Gobierno de la Zona Selva Tzeltal, Chiapas, México, en el año 2009.

Paulina Fernández C.


Se nos ha convocado a reflexionar, a analizar lo que ha sucedido en los dos años transcurridos desde que en esta misma Universidad de la Tierra, Chiapas, se realizara el Primer Coloquio Internacional In memoriam Andrés Aubry. …Planeta Tierra: movimientos antisistémicos…
En varias de las intervenciones hechas en ese Primer Coloquio se apuntaban las características actuales del sistema-mundo, del capitalismo en su etapa neoliberal, y de los movimientos sociales antisistémicos, dando prioridad al enfoque económico del capitalismo con lo cual se han dejado de lado los aspectos políticos que acompañan a este sistema para preservarse. Quisiera hoy destacar algunos de esos aspectos políticos, tomando como referencia una zona del territorio zapatista de la que se ocupa una parte del texto con el que participó el Subcomandante Insurgente Marcos
(1), esto es, del Caracol La Garrucha, para hacer en voz alta mis reflexiones en torno a la autonomía zapatista como experiencia viva, actuante, en construcción y en movimiento contra el sistema capitalista y su dominación política.
Encuentro en este Seminario Internacional una ocasión propicia para, a la luz de los textos publicados en el libro dedicado a la memoria de Andrés Aubry, y considerando lo acontecido en los últimos meses, plantear unas preguntas que me han inquietado desde hace tiempo y pienso, sin temor a equivocarme, que muchos de los aquí presentes también se las han hecho y tienen sus propias repuestas:

¿por qué desde la izquierda institucional, no sólo partidaria, se combate con acciones y omisiones a los zapatistas? ¿Qué significa, qué representa el proyecto zapatista en el espectro político nacional e internacional que tanto les molesta?

Para contestar estas preguntas hay que dejar hablar, permitirnos escuchar, y darnos la oportunidad de ver lo que están construyendo las bases de apoyo, las autoridades de las comunidades, de los municipios autónomos y de las Juntas de Buen Gobierno, día a día, todos los días, con particular empeño desde que en el año 2001 se les negara el reconocimiento formal de sus derechos como pueblos indígenas.
En territorio zapatista encontramos hecho realidad el pensamiento que el filósofo Enrique Dussel expresara en el libro que nos reúne, en relación a la comunidad en tanto sujeto de la política. En efecto, como se podrá apreciar a lo largo de este trabajo, en el gobierno autónomo zapatista
“la comunidad es el actor colectivo que ejerce el poder político.” (2)
La idea de gobierno autónomo que se tiene en los pueblos zapatistas supone una vida comunitaria en la que la democracia no sólo se refiere a elección de autoridades que son gobierno, sino que es un ejercicio permanente vinculado a la práctica cotidiana de los responsables de todos los cargos que la comunidad necesita para organizarse, para producir y reproducirse como pueblos indígenas, como seres humanos.
Complementariamente al ejercicio de la autonomía, estas mismas comunidades conciben la democracia como un derecho del cual se deriva la posibilidad de defender otros derechos y con ellos exigir a las autoridades que trabajen buscando el bienestar colectivo en todos los aspectos de la vida comunitaria, incluido el cuidado de la naturaleza:
“…buscar el bienestar en lo social, económico, político, y cultural, y comprometiendo a cuidar el medio ambiente, los recursos naturales, y trabajando juntamente…”
“Para hacer la democracia” en los diferentes niveles de gobierno autónomo, se parte de la asamblea donde se nombran las autoridades; todas las autoridades son elegidas directamente por su respectiva asamblea, desde las y los Agentes en las comunidades hasta las y los integrantes de la Junta de Buen Gobierno.
En los pueblos autónomos la democracia está asociada a los trabajos colectivos en la comunidad. El pueblo elige quién se va a encargar de los trabajos colectivos y una vez electa, esa autoridad es la que organiza qué trabajo hay que hacer en milpas, frijolares, chile, potreros, y en los colectivos de las mujeres que tienen hortalizas, pollos, y otros animales. Se ha cuidado que tanto los hombres como las mujeres tengan sus respectivos representantes de trabajos colectivos, los cuales además, se coordinan con las autoridades del pueblo, esto es, con Agentes y “Agentas”, con Comisariados y “Comisariadas. Esta inclusión activa de las mujeres en los trabajos y responsabilidades de la vida comunitaria, es uno más de los resultados de las prácticas democráticas con sentido de justicia que se pueden encontrar en los pueblos zapatistas.
En territorio zapatista, la organización política y administrativa del gobierno autónomo está compuesta por tres conjuntos de autoridades que ejercen sus funciones en sus respectivos niveles de gobierno – comunidad, municipio y zona, sin que esto quiera decir que haya límites o fronteras territoriales absolutos entre uno y otro ámbito. En los gobiernos autónomos no encontramos esa distancia que por su dominio y disfrute de privilegios hace ajenos del resto de la población a los gobernantes; tampoco hay una “división de poderes” entre Ejecutivo, Legislativo y Judicial; ni una distribución de responsabilidades en función de conocimientos parciales, supuestamente separados por especialidades. La comunicación y la colaboración entre las autoridades autónomas para tratar cualquier asunto son prácticas continuas que facilitan la participación de los pueblos enteros, sea ocupando temporalmente cargo por elección en alguna instancia de gobierno, sea participando en las decisiones y acuerdos que se toman en la Asamblea general de la comunidad, que es la base de toda autoridad.
Conforme van llegando se van sentando: los hombres en las bancas de un lado, las mujeres del otro, todas juntas, con los hijos menores en brazos o en la espalda, y los un poquito mayores parados frente a ellas, al principio, porque después de un rato ya se ponen a jugar por donde pueden. Los más grandes, desde los 12 años de edad participan por propio derecho. Así se acostumbra, llegan todos a la Asamblea, porque
“la Asamblea es la máxima autoridad de participación, de decisión, de acuerdo.” Los jóvenes de 12 a 15 años pueden participar en la Asamblea, dan su punto de vista, tienen voz pero no voto. “Para impulsar la participación de jóvenes, los de entre 12 y 15 años también participan en sus comunidades, pero no en cargos de gobierno, sino de educación u otro en su comunidad.” A partir de los 16 años, “hombres y mujeres parejo”, tienen voz y voto y también pueden recibir cargo. Quienes están haciendo o cumpliendo su trabajo de castigo, no pierden sus derechos de voz y voto en la Asamblea.
Tanto en las
asambleas comunitarias como en las municipales el procedimiento de elección de las autoridades autónomas es un ejercicio colectivo que permite examinarse entre sí, a los propios habitantes de los pueblos. Asimismo es digno de hacer notar que el proceso de elección en la Asamblea de una comunidad autónoma es a la vez un momento de compromisos recíprocos entre autoridades y pueblo. Directa y explícitamente autoridades y pueblo se obligan y ofrecen respeto mutuo.
En el proceso de selección y de elección de las autoridades autónomas en sus diferentes ámbitos y niveles de gobierno, las propuestas y resultados pasan siempre por la Asamblea General del pueblo, lo que significa que las autoridades zapatistas surgen de las comunidades, son bases de apoyo, compañeros civiles que no forman parte de la estructura militar. Esta separación de los gobiernos civiles y el Ejército Zapatista ha sido un desprendimiento paulatino que se ha dado conforme se afianza la construcción de la autonomía en municipios y comunidades, llegando al punto de afirmar sin dejar lugar a dudas que “en la designación o destitución de las autoridades autónomas el EZLN no interviene para nada, y sólo se ha limitado a señalar que, puesto que el EZLN, por sus principios, no lucha por la toma del poder, ninguno de los mandos militares o miembros del Comité Clandestino Revolucionario Indígena puede ocupar cargo de autoridad en la comunidad o en los municipios autónomos. Quienes deciden participar en los gobiernos autónomos deben renunciar definitivamente a su cargo organizativo dentro del EZLN.” (3)
En las comunidades autónomas zapatistas nadie se auto postula para ser autoridad en el gobierno, ni tienen que ser ni haber sido dirigentes o integrantes de una facción interna de algún partido político para ser candidatos. Quienes son propuestos para ser autoridades no son producto del tráfico de influencias y vínculos familiares de los poderosos. No se hacen campañas viajando por todos los poblados ni usando las radios comunitarias para promover candidatos y hacer falsas promesas; tampoco se utilizan los cargos para hacerse fama y propaganda con recursos públicos y así poder ocupar otro puesto en el siguiente presupuesto de gobierno. A nadie se le ocurre hacer de la pobreza una mercancía con valor electoral. El trabajo en los gobiernos autónomos no es sinónimo de oportunidad para el enriquecimiento individual o para dar protección e impunidad personal a malos servidores públicos. La elección de las autoridades en general y de las que de manera especial van a dedicar su tiempo a hacer justicia tanto en las comunidades como en los municipios autónomos y en la zona, está precedida de la observación cotidiana de las personas en su trabajo, en su participación en la vida comunitaria, con cargo o si él.
En consecuencia, los requisitos personales que las futuras autoridades autónomas deben reunir, están muy alejados de la sola experiencia gubernamental y la carrera parlamentaria previa, de la trayectoria en la burocracia del gobierno o en el aparato de una organización política; de la formación profesional especializada, y hasta del certificado de la escuela primaria oficial. Aunque no es costumbre, vicio, ni afición de los zapatistas permanecer indefinidamente en los cargos, o pasar de uno a otro para estar siempre al amparo del gobierno, la historia personal y, en su caso, los antecedentes del trabajo y la conducta mientras se ejerció alguna responsabilidad, sí van a ser tomados en cuenta en el momento en que la comunidad tenga que proponer nombres antes de elegir nuevas autoridades.
Hay que tener presente que las propuestas de nombres que se van a someter a votación, y de ahí nombrar a las autoridades, se hacen frente a la comunidad y que es ante esa misma comunidad reunida en asamblea que las autoridades recién electas se comprometen a obedecer el mandato del pueblo. Por ello es que muchas de las razones que se invocan para apoyar a determinadas personas, se relacionan con el desempeño de sus trabajos y el cumplimiento de las obligaciones comunitarias, para lo cual recurren a muy diversas expresiones:
“Dependiendo cómo camina la persona, conforme su trabajo, cómo lo ha visto el pueblo, de eso depende la votación.” Para otros “el requisito no se pide, el requisito es antes, es la confianza de la gente”; o lo importante es: “su conducta como autoridad en el cargo anterior”, “el reconocimiento del pueblo de quiénes están trabajando”, “su participación, los que participan más”, “que sea cumplido en las asambleas”, “que sea de buena conducta (que no sea borracho, que no consuma drogas)”.
La atención también está puesta en ciertas objeciones:
“Si esa autoridad empieza a salir a trabajar en Cancún o en Estados Unidos, no son muy aceptados, casi no entran”; o en faltas serias: “si un compa empieza a venderse con el gobierno, ya no puede ser autoridad, en todo caso tendrían que pasar años, antes de que pudiera ser”, y otra objeción igualmente seria: “No puede ser el que no obedece el mandato del pueblo o de las autoridades; tendría que esperar a que se componga para que pueda agarrar cargo.”
La experiencia previa o la prolongada trayectoria en un mismo puesto, son requisitos que los zapatistas invalidan con el sentido común:
“Para empezar un trabajo de por sí nadie lo sabe hacer, el pueblo es el que da la orientación de cómo va a trabajar, cómo debe de respetar en el pueblo”, e insisten: “Aunque no saben su cargo, van aprendiendo haciéndolo, así lo necesita el pueblo. El que llegó al cargo sabe que es muy importante hacer su trabajo”, y otros confirman: “A través de la experiencia va aprendiendo el que llega al cargo. Lo que importa es que hace el trabajo.”
Para quienes van a ser propuestos como autoridad autónoma, hay cualidades personales que son más relevantes que los requisitos formales, como
“si tienen respeto”, en un doble sentido: si son respetados por su comunidad, y si son respetuosos hacia las autoridades. Aquí es pertinente recordar que quienes desempeñan las tareas de Policías son también electos en Asamblea Comunitaria y se busca que cumplan los mismos requisitos que cualquier otra autoridad autónoma.
Especial atención ha merecido en los últimos años incentivar e incluir a las mujeres en todas las actividades de la vida comunitaria, por lo que es muy frecuente que ese esfuerzo sea reconocido, como se hace al hablar de los derechos políticos y las responsabilidades de gobierno autónomo:
“También las compañeras, ya se respeta su voz y su voto, ya tienen derecho de participar como autoridades de diferentes cargo, porque no sólo sirve para cuidar las casas y mantener a sus hijos, así cumpliendo con el mandar obedeciendo con nuestros pueblos.” (4) En otro momento y lugar se repite la idea con estas palabras: “Cuando se nombra una autoridad, no distinguen si es hombre o mujer, aquí en la autonomía no importa, lo que cuenta es que pueda arreglar el problema, así sea [el problema] de otras organizaciones o religiones.”
Los valores y las prioridades parecen estar invertidos en el mundo oficial, y el razonamiento de autoridades y bases de apoyo zapatistas se encarga de demostrarlo ante uno de los requisitos obligatorios que se exigen para prácticamente cualquier trabajo, y más si se trata de una responsabilidad gubernamental. En las comunidades autónomas, para ser propuesto y elegido como autoridad, de cualquier nivel y área de trabajo, “si no sabe escribir o leer, no importa, ahí lo va a aprender”.
“No importan estudios, ni papeles” porque “saber leer y escribir se aprende, pero otras características como son si obedece al pueblo, si es responsable, esas no”. Asimismo, desafiando a la globalización neoliberal afirman su cultura: “No importa si tienen estudios o no. No vamos a elegir que sepa hablar español, porque se va a quedar a trabajar dentro de nuestro pueblo, no afuera.”
Aún en el supuesto de que verdaderamente se respetara el resultado de la
“voluntad popular”, en la historia de las “democracias occidentales” sobran ejemplos para demostrar que no basta con celebrar periódicamente elecciones de representantes y autoridades para que un gobierno sea democrático. En la forma de gobierno autónomo zapatista, el método de elección directa y abierta en asamblea del pueblo con la participación de toda la comunidad es condición suficiente para identificar plenamente a una democracia, mas es el ejercicio cotidiano de la autoridad el que pone a prueba y comprueba continuamente ese fundamento democrático a través de las diversas características que tienen todos los cargos de elección en los diferentes niveles de gobierno.
En las comunidades y municipios autónomos zapatistas, además de la elección directa y abierta, es característico de los cargos el ser un servicio gratuito que no engendra la codicia, ni despierta la ambición de la reelección; que por ser ejercido colectivamente, no está jerarquizado; cuya duración no se subordina a un periodo preestablecido sino que
depende siempre del buen desempeño de la autoridad, por lo que puede ser revocado el mandato en cualquier momento; y que no se da por concluido sin haber rendido cuentas del trabajo realizado, lo cual supone que la autoridad saliente transmite toda la información necesaria para que la autoridad siguiente inicie el aprendizaje de gobernar. Esta forma de gobierno, y el conjunto de sus características, “no es invención o aportación del EZLN. Viene de más lejos y, cuando nació el EZLN, ya tenía un buen rato que esto funcionaba, aunque sólo a nivel de cada comunidad.” (5)
Conforme ha avanzado la construcción de la autonomía, las características de esta forma de gobierno se encuentran en todos los niveles. Desde el primer año de funcionamiento de las Juntas de Buen Gobierno se pudo comprobar la viabilidad del gobierno autónomo como un servicio gratuito de sus autoridades, con lo que además se ha demostrado al mundo entero
“que gobernar no tiene por qué ser oneroso” (6) y así lo explican: “Las autoridades autónomas que se turnan para dirigir las Juntas Buen Gobierno se mantienen de sus necesidades personales, durante los días que despachan en los caracoles, con aportaciones de los pueblos o con apoyo del EZLN. El promedio de gasto personal diario (sin contar lo del pasaje de su comunidad al caracol y de regreso) de un miembro de la Junta de La Garrucha, por ejemplo, es de menos de ocho pesos (en otros lados sube un poco más). En el caso de Oventic, es de cero pesos, porque las autoridades llevan sus tostadas, su frijol y su café, si tienen (si no tienen pues té de zacate).” (7) Ejemplo actual de la ayuda para el financiamiento de gastos de una autoridad en el cumplimiento de sus funciones se encuentra en la cooperación del pueblo: “No tenemos una ley de cómo se va a hacer el reparto del producto de los trabajos colectivos, pero como tenemos cooperación, si no tenemos dinero a la mano, hay un fondo colectivo. También el colectivo coopera para los gastos de un autoridad, como viajes a la Junta, o fiesta del poblado.”
La gratuidad del servicio de las autoridades autónomas no sólo se refiere a los ingresos individuales, sino también al producto de su trabajo una vez satisfecha una solicitud de justicia. Cuentan los miembros de la Junta de Buen Gobierno, uno de tantos casos resueltos, para ilustrar la disposición de la gente que llega de fuera a pagar con dinero la administración de la justicia:
“caso, robo de nueve caballos, equipo, monturas, sogas, etcétera a un maestro. El Ministerio Público nunca pudo encontrar al delincuente. La Junta de Buen Gobierno hizo su investigación donde se encuentran esos animales. La Junta detectó dónde están, el maestro identificó a los animales. Frente a frente, el que roba el animal y el dueño, se le dijo que no lo vuelva a hacer, que le pida una disculpa al maestro. Luego, este maestro preguntó cuánto le debía a la Junta por resolver el problema de robo, la Junta dijo que no, que esto es otra justicia. Las autoridades autónomas hacen la diferencia con las autoridades del gobierno.”
En cualquier lugar del territorio autónomo se dice que los cargos son, ante todo, un servicio a los pueblos:
“Nosotros, como autoridad, estamos bien claro que no recibimos ningún salario porque no somos iguales como los malos gobierno, solamente dando el servicio con nuestros pueblos zapatista y no zapatista.” (8) Cuando los cargos, como servicio gratuito que son, se realizan en la comunidad, no se afecta individual ni familiarmente a quienes los ocupan, porque éstos no tienen que abandonar ni interrumpir sus labores productivas de todos los días, y en caso necesario “los gastos que ocasionan las actividades del cargo, como trabajamos colectivamente, como son tierras recuperadas, salen de la caja colectiva.” Si el trabajo de la autoridad debe hacerse fuera del pueblo, entonces se les da “apoyo de la comunidad de vez en cuando, sólo si hay acuerdo de la comunidad. Más bien el apoyo es en el trabajo de hacer milpa para sustituir al que sale a hacer trabajo en el municipio, y si es fuera del municipio, en una comisión, se le da un poco para su pasaje.”
Así como se trabaja la tierra colectivamente, así colectivamente se gobierna en los pueblos y municipios autónomos:
“El Consejo no es de una persona, todos son tomados en cuenta porque son muchos, es autoridad colectiva.” Entre esos muchos, la denominación de los cargos no significa diferencias de poder, ni establece jerarquías de mando. ¿La diferencia entre Presidente, Secretario y Primer Integrante del Consejo? “No hay diferencia de poder, el trabajo es colectivo” – responden – y en otro lugar, otras autoridades parecen completar la respuesta: “No hay un presidente que toma la decisión, el trabajo es colectivo, no hay jerarquías dentro de la autoridad colectiva.”
La ausencia de remuneración económica aunada al trabajo colectivo, esto es, que la información y las decisiones de gobierno no sean exclusivas de una persona, en combinación con otras características propias de los cargos en los gobiernos autónomos, como la rotación continua de autoridades, la costumbre de la no reelección, y el conocimiento adquirido por cada vez más personas mediante la experiencia de gobernar, constituyen barreras a los excesos y las perversiones del poder, al mismo tiempo que dificultan la gestación de condiciones propicias para la corrupción.
La rotación de los miembros de la Junta de Buen Gobierno en la Zona Selva Tzeltal la explican ellos mismos de la siguiente manera:
“La Junta de Buen Gobierno la integran 24 elementos -6 por cada municipio-, y se turnan 8 elementos cada diez días, de estos 8 son 2 por municipio. Sólo hay tres turnos. Los 8 por turno son siempre los mismos.” En términos generales y desde el principio, se trata de que los miembros de las Juntas de Buen Gobierno cambien continuamente, en turnos que van de ocho a quince días, según la Zona, y que conforme van terminando su turno regresen a sus trabajos en el Consejo Autónomo. Así estaba concebido desde el primer año de funcionamiento, por las razones entonces expuestas: “El plan es que el trabajo de la JBG sea rotatorio entre los miembros de todos los consejos autónomos de cada zona. Se trata de que la tarea de gobierno no sea exclusiva de un grupo, que no haya gobernantes ‘profesionales’, que el aprendizaje sea para los más posibles, y que se deseche la idea de que el gobierno sólo puede ser desempeñado por ‘gente especial’. En efecto, casi siempre que todos los miembros de un Consejo Autónomo ya aprendieron lo que es el sentido del buen gobierno, hay nuevas elecciones en las comunidades y cambian a todas las autoridades. Los que ya habían aprendido se regresan a la milpa y unos nuevos entran… y a recomenzar. Si se analiza detenidamente, se verá que se trata de todo un proceso donde pueblos enteros están aprendiendo a gobernar.” (9)
Este aprendizaje que incorpora potencialmente a toda la comunidad es componente fundamental de una nueva forma de hacer política, puesto que, “mientras más sepan de qué se trata todo, más difícil serán el engaño y la mentira. Y mayor será la vigilancia que los gobernados ejerzan sobre el gobernante” lo que significará también mayores obstáculos para cualquier autoridad que pretenda no informar a las comunidades acerca de las decisiones en general, y en especial del destino de los recursos naturales y monetarios.
En consecuencia, la continua rotación en los cargos hace prácticamente estéril la corrupción al neutralizarla de la siguiente manera, explicada por el Subcomandante Marcos:
“Si usted logra corromper a un miembro de la JBG, tendrá que corromper a todas las autoridades autónomas, o sea a todos los turnos, porque hacer ‘trato’ con sólo una no garantiza nada (la corrupción también necesita ‘continuidad’). Cuando usted acabe de corromper a todos los Consejos, tendrá que volver a empezar, porque para entonces ya habrá cambio de autoridades y lo que ‘arregló’ con uno ya no funciona. Así que prácticamente tendrá que corromper a todos los habitantes adultos de las comunidades zapatistas. Aunque, claro, es probable que cuando lo consiga, los niños ya habrán crecido y entonces de nuevo…” (10)
Las escasas probabilidades de corromper a las autoridades zapatistas y la ya mencionada ausencia de salario y prestaciones económicas de quienes ejercen los cargos, dan fluidez a la rotación facilitando el retorno a las bases de apoyo y la reanudación de sus actividades productivas en la comunidad, luego de haber desempeñado satisfactoriamente sus funciones en el gobierno autónomo. Estas circunstancias explican por qué la reelección no es atractiva y sí, en cambio, es de gran importancia hacer bien su trabajo cumpliendo el compromiso aceptado ante el pueblo reunido en la asamblea que los eligió.
A diferencia de quienes en el sistema político mexicano aspiran a los cargos públicos oficiales porque los ven como una oportunidad de enriquecimiento personal, rápido, fácil, y con cobertura legal, o como una garantía de ascenso social que con sólo pasar de un puesto a otro les asegure poder irse y nunca más volver al pueblo, al ejido, al barrio, al lugar de donde salieron; o como un medio de acumulación de poder político que pretenden ejercer más allá del periodo que duren en el cargo, en las comunidades zapatistas se sabe que ser autoridad autónoma es un servicio no lucrativo al que no se llega por decisión personal sino por acuerdo de Asamblea, y que una vez cumplida su labor
“va a regresar como compañero, pero ya no es autoridad, ya no va a ocupar otro cargo. Según la necesidad que hay en la comunidad, si le dan a algún ex autoridad municipal otra vez cargo, pero ahora en la comunidad. La asamblea puede acordar que ocupe otro cargo, no en el mismo cargo, sea en la comunidad, sea en el municipio.”
Tanto la elección como la eventual reelección de una autoridad autónoma dependen de la Asamblea,
“el pueblo manda, y la gente individualmente no se auto propone para seguir ocupando cargos. Cuando una autoridad termina su cargo municipal, según la Asamblea municipal si se puede seguir con otro cargo distinto, nunca con el mismo. También puede ir de un cargo de autoridad municipal a un cargo en la JBG” y quienes están de Agente o Comisariado en las comunidades, “si son elegidos para ser Consejo Municipal, se van.” Las autoridades de la Junta se regresan de bases de apoyo, igual que las del municipio “después de tres años se van como bases de apoyo zapatista, hasta que el pueblo lo vuelva a elegir, pero eso se da poco. Tal vez pueda repetir, pero eso nunca se ha dado hasta ahora.”
En consecuencia, la posibilidad de la reelección existe en tanto no hay interdicción alguna, pero dado el conjunto de características que diferencian a los cargos de gobierno autónomo zapatista, no es una práctica conocida, como reiteradamente se explica:
“Si el pueblo lo nombra, sí puede ocupar otro cargo. No está prohibido que pudiera ocuparse por un segundo periodo el mismo cargo de Agente o Comisariado, depende del acuerdo del pueblo, pero no se acostumbra.”
Quizá el desinterés por la reelección esté relacionado también con la naturalidad con que se acepta el no tener cargo, lo que permite que el final de un periodo no se viva como una pérdida, y que regresar como bases de apoyo a su comunidad no sea un sacrificio, porque el ser autoridad del buen gobierno
“cuesta mucho trabajo, por la ‘chinga’, ya se regresan después de tres años.” En todo caso, el saber que después de unos años se va a volver a la base, se va a regresar al lugar de origen, a convivir en igualdad de circunstancias con la gente de su pueblo, hace que la autoridad zapatista trabaje intensamente esos tres años, sin desarraigarse ni dejar de mirar los problemas como los ven en su comunidad, pues es autoridad al mismo tiempo que sigue siendo pueblo.
“Duran en el cargo dos o tres años, si cumplen bien su trabajo.” En los diferentes niveles de gobierno autónomo zapatista la duración del mandato está siempre acompañada de la posibilidad de revocación del mismo. Contrariamente a lo que ocurre en los gobiernos basados en la democracia representativa y sus sistemas electorales, en los municipios autónomos los zapatistas no tendrían por qué soportar a gobernantes corruptos, incapaces, o dementes, hasta que termine el periodo establecido en la ley.
En el origen de la autoridad y los objetivos de la autonomía se encuentra la explicación de este vínculo que subordina la duración de un mandato al cumplimiento del trabajo. Dicho claramente con sus palabras:
“Porque las autoridades no se pueden auto mandar solos, sin respetar el acuerdo de los pueblos en resistencia, si hay algunas autoridades [que] no respetan la ley zapatista, primero se llamará la atención, según la gravedad de su problema. Si nosotros como autoridad cometemos problemas graves, se convocará una asamblea municipal para analizar y discutir con los pueblos porque ellos tienen derecho de cambiar inmediatamente si ya [se] están desviando conforme el acuerdo de hacer la autonomía. Así se cumple el mandar obedeciendo con nuestros pueblos. Nosotros simplemente somos representante de ellos; no suplantarlo ni imponer ideas, sólo tenemos derecho de presentar nuestra propuesta de cualquier trabajo dentro de nuestro municipio. Por eso decimos que somos representante de hacer trabajo y eso vemos que nuestro trabajo es construir juntamente con las autoridades del pueblo y con los bases de apoyo de Ejército Zapatista de Liberación Nacional.” (11)
Cuando se habla del tiempo que dura cada autoridad en el ejercicio de su cargo hay que tener presentes las condiciones que median entre la duración formal y la real, y los cambios entre un lugar y otro, porque todo es según el acuerdo del pueblo:
“Si hay algún error, en cualquier momento se puede cambiar, si no hay error, dura un año o dos o tres años, según el acuerdo que es diferente en cada pueblo.” En algunas comunidades la o el Agente con todo su equipo – Suplente, Secretario, Tesorero, Comandante y Policías comunitarios – son elegidos para un periodo de un año, mientras que el equipo encabezado por la o el Comisariado – Consejo de Vigilancia, Secretario, Tesorero – es elegido por dos años. En otro poblado del mismo municipio autónomo el equipo del Agente se elige por dos años, en tanto que los integrantes del equipo del Comisariado son elegidos por tres años. En relación con las autoridades comunitarias “Agente, Comisariado, varía la duración según los acuerdos de cada comunidad”, pero tratándose de “autoridades de municipios y Junta de Buen Gobierno, la duración del cargo es de tres años siempre… pero dependiendo la decisión y si no cae en algún problema”; “Dependiendo el cumplimiento del trabajo” –ratifican en otro municipio.
La estrecha relación entre autoridades y pueblo, la constante vigilancia de éste sobre los actos de sus representantes, y el
derecho de los pueblos a sustituir de inmediato a quien no cumple como debe su trabajo de autoridad, son determinantes en la marcha del gobierno autónomo. No hay que esperar a que se hagan públicos escandalosos delitos para revocar el mandato de una autoridad; los motivos de los zapatistas suelen ser más simples y elementales, derivados de su compromiso con la Asamblea del pueblo desde el día de su elección: “Si una autoridad no respeta el voz del pueblo, las autoridades locales lo llevan a los pueblos, y entonces los pueblos van a decir que hay que nombrar otro.” También pueden argumentarse dificultades personales que son atendidas oportunamente, como en el supuesto siguiente: “El cargo lo hacen tres años, si lo hacen bien, si no, si va mal el trabajo, el pueblo lo saca. Algunos compañeros ya en el cargo como que no aguantan, entonces por medio de Asamblea se presenta y expone sus problemas de por qué no puede, y la Asamblea lo escucha y busca otra [autoridad], no porque lo haga mal sino porque no puede hacerlo”, y precisan, puede deberse a “causas físicas o emocionales”.
El procedimiento que se sigue para revocar el mandato o simplemente sustituir a alguna autoridad, también es sencillo y
“depende de la gravedad del problema de la persona. Si es un problemita de discusión, primero se le hace una llamada de atención para saber cuál es el problema, qué pasó con su trabajo, por qué no va, y si de por sí ya no quiere, entonces se llama a la Asamblea. No hay sanción, pero no puede quedar abandonado un trabajo. Se convoca a la Asamblea para explicar, y ahí nombran el sustituto. A veces se dice que se le acabó la conciencia, pero no tiene delito.”
En el supuesto de que
“alguien de la comunidad va con su autoridad a quejarse, se analiza en el pueblo, en la comunidad. Si es sólo una comunidad, no procede si todas las demás comunidades no están de acuerdo en sacar a una autoridad.” De lo anterior se desprende que no basta con que unas cuantas personas o una sola comunidad se quejen del trabajo de una autoridad municipal para que ésta sea sustituida; se requiere que estén de acuerdo, que coincidan en su crítica o queja las demás comunidades que integran el municipio autónomo.
La sustitución de alguna autoridad no significa inhabilitarla definitivamente para ocupar cualquier otra responsabilidad; sin dejarla en el cargo que no está cumpliendo bien, se le puede dar otra oportunidad:
“Si no cumple la autoridad con su cargo, el resto de las autoridades municipales le llaman la atención, dos, tres veces se le dice, entonces se pone a consulta con los pueblos, ya para sustituir por otro. El Consejo Municipal convoca a Asamblea de todos los pueblos, se presenta la situación de esta o este compañero y se propone a un sustituto. Puede que la comunidad le dé otro cargo de autoridad en [la propia] comunidad, ya no en el nivel municipal porque ya mostró que no cumple el trabajo.”
No obstante estar previsto el procedimiento que se sigue y las causas que ameritarían la revocación de un mandato o la sustitución de una autoridad por otra, autoridades de diversas comunidades afirman que “no ha ocurrido en sus pueblos un caso de suspensión de autoridad en funciones por faltas o incumplimiento en su trabajo. Tampoco llamada de atención, porque como se dijo antes, se nombra al que tiene buen comportamiento, al que hace lo que dice el pueblo.”
Lejos de la simulación oficial y sus anuales informes de gobierno ante los propios poderes de la federación o del estado, que sirven más para encubrir decisiones, ocultar los verdaderos datos, y justificar las cuentas públicas, el sentido del informe que dan a los pueblos las autoridades autónomas zapatistas es el de preparar, facilitar y proveer a las autoridades entrantes, del material necesario para dar continuidad al trabajo. La frecuente rotación de las autoridades autónomas hace necesario ese tipo de informes.
Los cambios de turno de las autoridades de la Junta de Buen Gobierno y los lentos plazos casi interminables de los procesos de toda índole en el sistema oficial, impulsan inevitablemente a preguntar si diez días es tiempo suficiente para resolver problemas como los que atienden las autoridades autónomas de una zona, y si no, ¿qué hacen cuando ya empezaron a tratar un asunto?, a lo que tranquilamente responden:
“Los problemas que no se pueden solucionar, con los informes se pasan a los [del] nuevo turno, ahí se informa qué problemas quedaron pendientes para que los resuelva el siguiente turno.”
Igualmente se procede en los otros niveles de gobierno autónomo.
“Las autoridades salientes dan toda la información; [es] deber de autoridad informar al pueblo, porque éste dio el cargo en asamblea. En el informe se dice qué trabajo hizo, qué no hizo, para que el pueblo esté enterado porque es su autoridad.” En otras comunidades, uno o dos meses antes del fin del periodo – de uno o tres años, según el cargo -, se elige el relevo y mientras llega la fecha del cambio de autoridad, se informa de todo a la autoridad recién electa, pero no sólo a ella, también a todo el pueblo: “Se hace una reunión, se nombra quién va a quedar. Le entrega informe general de su periodo, lo pendiente, lo solucionado. Se informa al pueblo y pide disculpas al pueblo por lo que no haya hecho bien.” No en todos lados es igual, y dan sus razones otras autoridades comunitarias: “Las autoridades salientes dan su informe, qué trabajo hizo durante su periodo. No hay dos o tres meses que la autoridad saliente enseña a los entrantes, porque ya lo sabemos qué va a hacer esa autoridad. Por lo tanto nada más lo que se tarda en informar lo que se hizo y lo que no, lo cual puede ser una hora, e inmediatamente después de la Asamblea empezar a trabajar las nuevas autoridades.”
Una modalidad única de transmitir información entre autoridades comunitarias autónomas sucesoras y de cara al pueblo, es la capacitación directa que se imparte a la nueva autoridad, la que muy probablemente llega por primera vez a empezar a aprender a gobernar. Una vez electas las nuevas autoridades, las salientes les enseñan durante dos o tres meses a las entrantes. Esto constituye un informe. Este informe se da, y se explica a la Asamblea, se dice qué documentos están entregando en las manos de los entrantes. Si hay un trabajo que queda pendiente se le informa bien para que la nueva autoridad continúe atendiendo o para solucionar. A veces las autoridades no saben leer ni escribir por lo que además de los informes que pueden ser escritos, les explican verbalmente qué hicieron y qué les están transmitiendo. Todo esto se hace, frente al pueblo reunido en Asamblea general de la comunidad.


Reflexión final

Cuánta razón tenía Naomi Klein al destacar dos “rasgos comunes de los pueblos a prueba de shock”: una profunda memoria histórica, y una profunda desconfianza frente al Estado y sus instituciones.
(12) Sin duda los zapatistas forman parte de ese conjunto de pueblos que resisten al capitalismo del desastre y le oponen a éste una alternativa. En esta lógica, la autonomía zapatista con sus raíces culturales y prácticas históricas, y en tanto proyecto anticapitalista en marcha actuando en la realidad mexicana, significa un esfuerzo con los mejores atributos de una izquierda revolucionaria propiamente dicha. Y es precisamente con esas características distintivas del funcionamiento del gobierno autónomo zapatista en sus diferentes niveles, con las que damos respuesta a nuestras preguntas iniciales.
Como los partidos políticos son parte de las instituciones del Estado mexicano, se benefician y viven de esas instituciones, son correas de transmisión del capitalismo, del neoliberalismo, por eso atacan y tratan de destruir todo aquello que les impide dominar, apropiarse, enriquecerse, eternizarse en el usufructo del poder, por eso no han cesado de agredir a las comunidades y municipios autónomos, y de manera especial a los zapatistas porque su práctica política, su democracia comunitaria, evidencian a aquéllos en sus verdaderos fines, los cuestiona en sus mentiras, los exhiben en sus contradicciones, los desnuda en sus mezquindades y, de paso, les echa a perder el negocio del monopolio institucional de la representación política de la izquierda.
El proyecto, la lucha, la cultura, la vida, el trabajo, la historia, y la organización de los zapatista, son insumos económica y políticamente contrarios al sistema, y por eso los hostigan, los atacan quienes al mismo tiempo que se autodefinen “la izquierda”, defienden los poderes dominantes, los privilegios del capital y las condiciones para su incesante reproducción. Pero a juzgar por las notas que se han publicado en la prensa los últimos meses, en el caso de Chiapas y específicamente en relación con los problemas creados a los zapatistas, no se trata sólo de una ofensiva del gobierno estatal perredista, ni únicamente de los diputados y el ejecutivo federal panistas, ni tampoco sólo de las autoridades locales y los paramilitares priístas; todos los tres – y algunos más – actúan de concierto, las fronteras entre un partido y otro desaparecen para fundirse en el sistema político mexicano y así dar paso a una identidad que los hace en conjunto representar y defender los intereses del poder político y económico del cual son producto y beneficiarios.
Entretanto – decía John Berger en este mismo espacio hace dos años –
“Entretanto, probablemente los zapatistas están en riesgo. Cualquier ataque sobre ellos vendrá de aquéllos que en su miopía creen que pueden erradicar su ejemplo.”(13)


Notas

1. Subcomandante Insurgente Marcos, “Ni el centro ni la periferia. Parte IV.- Gustar el café. El calendario y la geografía de la tierra”, en AAVV. Primer Coloquio Internacional In Memoriam Andrés Aubry. …Planeta Tierra: movimientos antisistémicos… San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, Cideci Unitierra Ediciones, 2009, pp. 177-188.
2. Enrique Dussel, “Poder político y transformación de las instituciones”, en Ibid., p. 210.
3. Subcomandante Insurgente Marcos. “Chiapas, la treceava estela (quinta parte): una historia” en http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/2003
4. “Mesa Autonomía. Exposición del Caracol La Garrucha III, Zona Selva Tzeltal.” Sesiones en el Caracol Morelia el 24 de julio de 2007. II Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo. Chiapas, México, del 20 al 28 de julio de 2007. http://zeztainternazional.ezln.org.mx/?p=13 Trascripción del audio: Paulina Fernández C.
5. Subcomandante Insurgente Marcos. “Chiapas, la treceava estela (quinta parte): una historia” en La Jornada, México, D. F., 28 de julio de 2003.
6. Subcomandante Insurgente Marcos. Leer un video. Tercera parte: Tres hombros. Agosto de 2004. En: http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/2004
7. Idem.
8. Mesa Autonomía. Exposición del Caracol La Garrucha III, Zona Selva Tzeltal.” Sesiones en el Caracol Morelia el 24 de julio de 2007. II Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo. Chiapas, México, del 20 al 28 de julio de 2007. http://zeztainternazional.ezln.org.mx/?p=13 Trascripción del audio: Paulina Fernández C.
9. Subcomandante Insurgente Marcos. Leer un video. Segunda parte: Dos fallas. Agosto de 2004. En http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/2004
10. Idem.
11. Explicación presentada por autoridades autónomas en la “Mesa Autonomía. Exposición del Caracol La Garrucha III, Zona Selva Tzeltal.” Sesiones en el Caracol Morelia el 24 de julio de 2007. II Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo. Chiapas, México, del 20 al 28 de julio de 2007. http://zeztainternazional.ezln.org.mx/?p=13 Trascripción del audio: Paulina Fernández C
12. Naomi Klein, “Movimientos antisistémicos y Capitalismo del Desastre”, en AAVV. Primer Coloquio Internacional In Memoriam Andrés Aubry. …Planeta Tierra: movimientos antisistémicos…op. cit., p. 288.
13. John Berger, “Bosquejos para un retrato de México. La hondonada entre la justicia y las promesas rotas” en AAVV. Primer Coloquio Internacional In Memoriam Andrés Aubry. …Planeta Tierra: movimientos antisistémicos… op. cit., p. 260.

 

Seminario Internacional de reflexión y análisis
En ocasión de la publicación del libro:
Primer Coloquio Internacional In Memoriam Andrés Aubry.
…Planeta Tierra: movimientos antisistémicos…


Universidad de la Tierra, San Cristóbal de las Casas, Chiapas
31 de diciembre de 2009.

Paulina Fernández

http://enlacezapatista.ezln.org.mx/…/gobierno-autonomo-zap…/

JAPPE: O dinheiro está se tornando obsoleto?

vendredi, décembre 11th, 2015

Le texte en français est déjà publié ici: L’argent est-il devenu obsolète?

En español aca: http://www.jornada.unam.mx/2011/12/23/opinion/018a1pol

O dinheiro está se tornando obsoleto?

Por Anselm Jappe

A mídia e as instâncias oficiais querem nos deixar já preparados: muito em breve, uma nova crise financeira mundial vai se desencadear, e ela será pior do que a de 2008. Fala-se abertamente de « catástrofes » e de « desastres ». Mas o que vai acontecer depois? Como serão nossas vidas depois de um desabamento dos bancos e das finanças públicas em larga escala? A Argentina já passou por isso em 2002. Ao preço de um empobrecimento em massa, a economia desse país pôde em seguida subir de novo a rampa: mas, nesse caso, tratava-se apenas de um país. Atualmente, todas as finanças européias e norte-americanas correm o risco de naufragar, e a possibilidade da vinda de um salvador está fora de questão.

Em que momento o crash da bolsa não mais será uma novidade da qual tomamos conhecimento pela mídia e passará a ser um acontecimento que perceberemos ao sair na rua? Resposta: quando o dinheiro perder sua função habitual. Seja o dinheiro se tornando raro (deflação), seja ele circulando em quantidades enormes, mas desvalorizadas (inflação). Nos dois casos, a circulação das mercadorias e dos serviços ficará cada vez mais lenta até parar completamente: os seus possuidores não encontrarão quem possa pagar em dinheiro, em dinheiro que tenha « valor » e que permita, por sua vez, comprar outras mercadorias e serviços. Eles vão, então, guardá-las para si. Teremos lojas cheias, mas sem clientes, fábricas em perfeito estado, prontas para funcionar, mas sem ninguém nela trabalhando, escolas aonde os professores não mais vão, porque eles ficaram meses sem salário. Teremos de nos dar conta de uma verdade tão evidente quanto não a víamos: não existe nenhuma crise na própria produção. A produtividade em todos os setores aumenta continuamente. As superfícies cultiváveis da terra poderiam alimentar toda a população do globo, e as fábricas e indústrias produzem até muito mais do que é necessário, desejável e sustentável. As misérias do mundo não se devem, como na Idade Média, a catástrofes naturais, mas a uma espécie de sortilégio que separa os homens de seus produtos.

O que não funciona mais é a « interface » que se coloca entre os homens e o que eles produzem: o dinheiro. Na modernidade, o dinheiro se tornou a « mediação universal » (Marx). A crise nos coloca diante do paradoxo fundador da sociedade capitalista: a produção de bens e de serviços nela não é mais um objetivo, mas somente um meio. O único objetivo é a multiplicação do dinheiro, é investir um real para dele fazer dois. E quando esse mecanismo entra em pane, é toda a produção « real » que sofre e que pode até mesmo se ver totalmente bloqueada. Assim, como Tântalo do mito grego, nós nos encontramos diante das riquezas que, no momento em que queremos pegá-las, retiram-se: já que não podemos pagar. Essa renúncia forçada sempre foi o apanágio do pobre. Mas agora ¡ª o que constitui uma situação inédita ¡ªtoda a sociedade, ou quase, está passível de passar por isso. A última palavra do mercado é, então, deixar morrer de fome no meio das comidas amontoadas por toda parte e que apodrecem, sem que ninguém possa botar a mão.

Entretanto, os detratores do capitalismo financeiro nos garantem que o mercado financeiro, o crédito, e as bolsas não passam de excrescências em um corpo são. Um vez a bolha estourada, haverá turbulências e falências, mas, no fim das contas, tudo não passará de uma sangria salutar depois da qual poderemos recomeçar com um economia real mais sólida. Verdade? Hoje, quase tudo que obtemos é por meio de um pagamento. Pelo menos essa maioria da população que vive na cidade não poderia alimentar a si mesma, (nem se aquecer), nem gozar da iluminação, nem se cuidar, nem se deslocar. Nem mesmo durante três dias. Se o supermercado, a companhia de energia elétrica, o posto de gasolina e o hospital só aceitam dinheiro do « bom » (por exemplo, uma moeda estrangeira forte, e não cédulas impressas pelo próprio banco nacional e completamente desvalorizadas), e se já não há tanto assim, estamos chegando muito rápido à desolação. Se somos bastante numerosos, e estamos prontos para a « insurreição », nós ainda podemos tomar de assalto um supermercado, ou fazer ligações elétricas diretamente nos postes de eletricidade. Mas quando o supermercado não estiver mais abastecido e a central de energia elétrica parar por não poder pagar seus trabalhadores e fornecedores, o que fazer? Poderíamos organizar trocas, formas de solidariedade novas, trocas diretas: será até uma bela ocasião para renovar o « laço social ». Mas quem é que pode acreditar que chegaremos em muito pouco tempo, e em larga escala, ao meio do caos e das pilhagens? Iremos ao campo, dizem alguns, para se apropriar diretamente dos recursos mais básicos. É pena que a União Européia tenha pagado durante décadas aos camponeses para cortarem suas árvores, arrancar suas vinhas e matar seu gado¡K Depois do desabamento dos países do Leste, milhões de pessoas sobreviveram graças a parentes que viviam no campo e às pequenas hortas. Quem poderá dizer o mesmo na França e na Alemanha?

Não se pode ter certeza de que chegaremos a esses extremos. Mas até um desabamento parcial do sistema financeiro nos colocará diante das conseqüências pelo fato de que nós somos consignatários, estamos mão e punho ligados ao dinheiro, confiando-lhe a tarefa exclusiva de garantir o funcionamento da sociedade. O dinheiro existe desde o alvorecer da história, asseguram-nos: mas nas sociedades pré-capitalistas, ele não jogava mais do que um papel marginal. Foi apenas nas últimas décadas que nós chegamos ao ponto em que quase cada manifestação da vida passa pelo dinheiro e em que o dinheiro se infiltrou nos mais recônditos recantos da existência individual e coletiva. Sem o dinheiro que faz as coisas circularem, somos como um corpo sem sangue.

Mas o dinheiro « apenas » é real quando ele é a expressão de um trabalho verdadeiramente executado e do valor no qual o trabalho se representa. O resto do dinheiro não passa de uma ficção que se baseia unicamente na confiança mútua dos atores ¡ª uma confiança que pode se evaporar, como se vê atualmente. Estamos assistindo a um fenômeno não previsto pela ciência econômica: não assistimos à crise de uma moeda, e da economia que ela representa, em proveito de uma outra mais forte. O euro, o dólar, o iene, estão todos em crise, e os raros países ainda com nota AAA pelas agências de rating1 não poderão por conta própria salvar a economia mundial. Nenhuma das receitas econômicas propostas funciona, em lugar nenhum. O mercado livre funciona tão mal quanto o Estado, a austeridade tão mal quanto o aquecimento da economia, o keynesianismo tão mal quanto o monetarismo. O problema se situa em um problema mais profundo. Estamos assistindo a uma desvalorização do dinheiro enquanto tal, à perda de seu papel, portanto, estamos assistindo a sua obsolescência. Mas não por uma decisão consciente de uma humanidade finalmente exausta daquilo de já Sófocles chamava « a mais funesta das invenções dos homens », mas por um processo não controlado, caótico e extremamente perigoso. É como se tirássemos a cadeira de rodas de alguém depois de lhe ter durante muito tempo privado do uso natural das pernas. O dinheiro é nosso fetiche: um deus que nós mesmos criamos, mas do qual cremos depender e em favor do qual estamos prontos a tudo sacrificar para apaziguar suas cóleras.

O que fazer? Vendedores de receitas alternativas não faltam: economia social e solidária, sistema de troca local, moedas seladas2, ajuda mútua cidadã¡K Isso poderia, no melhor dos casos, até funcionar em pequenos nichos, enquanto o restante do entorno ainda funciona. Uma coisa, porém, é certa: não basta « se indignar » diante dos « excessos » do mercado financeiro ou da « avidez » dos banqueiros. Mesmo isto sendo algo bem real, não é a causa, mas a conseqüência do resfôlego da dinâmica capitalista. A substituição do trabalho vivo ¡ª única fonte de valor que, sob forma de dinheiro, é a finalidade da produção capitalista ¡ª pela tecnologia ¡ª que não criam valor ¡ª quase fez esvair-se a fonte de produção de valor. O capitalismo, ao desenvolver, sob a pressão da concorrência, as tecnologias, serrou, ao longo desse processo, o galho sobre o qual se mantinha sentado. Esse processo, que faz parte de sua lógica de base desde o início, superou a soleira crítica nas últimas décadas. A não-rentabilidade do emprego de capital não pôde ser mascarado senão com recursos cada vez mais massivos ao crédito, que é um consumo antecipado dos ganhos esperados para o futuro.Agora, até mesmo esse prolongamento artificial da vida do capital parece ter esgotado todos seus recursos.

Pode-se, assim, colocar-se a necessidade ¡ª mas também constatar a possibilidade, a chance ¡ª de sair do sistema baseado no valor e no trabalho abstrato, no dinheiro e na mercadoria, no capital e no salário. Mas esse salto no desconhecido dá medo, mesmo para aqueles que nunca deixam de fustigar os crimes dos « capitalistas ». No momento, o que prevalece é, antes de tudo, a caça ao vilão especulador. Mesmo que não se possa fazer outra coisa senão compartilhar dessa indignação diante dos lucros dos bancos, é imperativo dizer que ela está muito abaixo de uma crítica do capitalismo enquanto sistema. Não surpreende que Obama e Georges Soros digam que a compreendem. A verdade é bem mais trágica: se os bancos afundarem, se eles falirem em cadeia, se eles pararem de colocar dinheiro nos caixas eletrônicos, corremos o risco de afundar com eles, porque há muito tempo nos foi retirada a possibilidade de viver de outro modo que não seja gastando dinheiro. Será muito bom reaprender ¡ª mas quem sabe a que « preço » isso vai acontecer.

Ninguém pode dizer honestamente que sabe como organizar a vida das dezenas de milhões de pessoas quando o dinheiro tiver perdido sua função. Vai ser bom pelo menos admitir o problema. Talvez seja necessário se preparar para o « pós-dinheiro », bem como para o pós-petróleo.


1 Agências de classificação de risco [N. T.].

2 Trata-se de uma moeda que, à imagem dos bens de consumo (comida, vestimenta, casa) perde seu valor com o passar do tempo. Essa noção, fundada por Silvio Gesell na passagem do século XIX para o XX, baseia-se na idéia que quem possui a moeda tem uma vantagem sobre quem possui o bem, pois quem tem o bem precisa se desfazer dele para que não pereça de algum modo, monetariamente ou fisicamente. Já o detentor da moeda pode adiar sua compra [N. T.].

JAPPE: ¿Ser libres para la liberación?

vendredi, décembre 11th, 2015

[Tem uma tradução pro português postada aqui: JAPPE: falta um horizonte pós-capitalista]

 

¿Ser libres para la liberación?

Anselm Jappe

 

Hay dos noticias. La buena noticia es que nuestro viejo enemigo, el capitalismo, parece encontrarse en una crisis gravissima. La mala noticia es que, por el momento, no se ve ninguna forma de emancipación social que esté realmente a nuestro alcance; además nada puede garantizar que el fin posible del capitalismo desemboque en una sociedad mejor. Es como constatar que la cárcel en donde estamos encerrados desde hace mucho se ha incendiado, pero que las cerraduras de las puertas siguen bloqueadas.

Quisiera iniciar con un recuerdo personal. Visité México por primera vez en1982. Tenía 19 años, y mi mochila en la espalda. Vivía entonces en Alemania. En esos tiempos, se hablaba del “Tercer Mundo” y su miseria, pero otra cosa era descubrirlo personalmente y ver a los niños descalzos pidiendo limosna en la calle. En la ciudad de México, me hospedaba en una especie de hotel de la juventud gestionado por unos suizos. Una noche, al regresar, muy afectado por la visión de la pobreza en la ciudad, empecé a leer un ejemplar de la revista alemana Der Spiegel que se encontraba por ahí. Me fijé en un largo reportaje sobre el estado de la sociedad alemana, que en ese momento, parecía encontrarse en su apogeo. La descripción era de lo más desoladora: sólo se hablaba de depresiones, de farmacodependencias, de familias desestructuradas, de jóvenes desmotivados y del deterioro social. Yo mismo me sentía hundido en un abismo. Ya tenía una cierta experiencia de la crítica teórica y práctica del capitalismo, del cual pensaba todo el mal posible. Pero nunca antes había sentido con tanta fuerza en qué mundo estamos viviendo, un mundo en el cual algunos mueren de hambre y los otros, los que supuestamente se encuentran del lado mejor, son tan infelices que se atiborran de medicamentos o se matan. Sentía que los pobres son infelices y los “ricos” también, de tal forma que el capitalismo es un sufrimiento para todos. Entendí que este sistema, en última instancia, no es provechoso para nadie, que “desarrollar” a los pobres para que se vuelvan como los ricos no serviría de nada, y que la sociedad de la mercancía es el enemigo del género humano.

Al mismo tiempo, en 1982, este sistema parecía fuerte, muy fuerte. Era deprimente considerar la correlación de fuerzas entre quienes, de una forma o de otra, querrían cambiar ese sistema y el sistema mismo, con el consenso que a pesar de todo lograba mantener y con los beneficios materiales que todavía podía distribuir.

Hoy, parece que la situación ha cambiado radicalmente. En estos días, en Europa, las instancias políticas y los medios evocan guiones de posibles catástrofes, del tipo argentino. No es necesario comentar más el hecho de que, en todas partes, se percibe una crisis del capitalismo muy grave, permanente por lo menos desde 2008. Quizás algunos de ustedes han leído la traducción de un artículo mío(1), en donde trato de imaginar lo que pasaría si el dinero, todo el dinero, empezaría a perder su papel, después de un derrumbe financiero y económico. El periódico francés mas importante, Le Monde, lo publicó y muchos lectores lo comentaron : sin embargo, pienso que hace apenas unos años, me hubieran clasificado en la misma categoría que los que ven ovnis…

Una primera observación que es importante hacer es que esta crisis del capitalismo no se debe a las acciones de sus adversarios. Todos los movimientos revolucionarios modernos y casi toda la crítica social siempre imaginaron que el capitalismo iba a ser vencido por fuerzas organizadas, decididas a abolirlo y a sustituirlo por algo mejor. La dificultad era vencer el inmenso poder del capitalismo, que se ubicaba tanto en las armas de sus ejércitos como en lo que había metido en las cabezas de la gente; pero si esto se lograba, la solución estaba al alcance de la mano. De hecho, la existencia de un proyecto de sociedad alternativa era lo que, en última instancia, causaba las revoluciones.

Lo que vemos hoy, es el derrumbe de un sistema, su auto-destrucción, su agotamiento, su hundimiento. Finalmente, se topó con sus límites, con los límites de la valorización del valor, que se ubicaban en su núcleo desde un principio. El capitalismo es esencialmente una producción de valor, que se representa en el dinero. En la producción capitalista, solo lo que permite conseguir dinero tiene interés. Esto no se debe principalmente a la codicia de unos capitalistas malvados. Deriva del hecho de que solo el trabajo puede atribuirles “valor” a las mercancías. Esto implica que las tecnologías no añaden un valor suplementario a las mercancías. Conforme más se usan maquinarias y nuevas tecnologías, menos valor hay en cada mercancía. Pero, la competencia empuja incesantemente a los dueños del capital a utilizar tecnologías que remplacen al trabajo. De esta manera, el capitalismo destruye sus propias bases, y lo hace desde el inicio. Solo el aumento continuo de la producción de mercancías puede contrarrestar el hecho de que cada mercancía contiene cada vez menos “valor”, y por lo tanto también menos plusvalor, traducible en dinero. Son conocidas las consecuencias ecológicas y sociales de esta loca carrera hacia una mayor productividad. Pero es también importante subrayar que la caída de la masa de valor no puede ser compensada eternamente y que provoca finalmente una crisis de la acumulación del capital mismo. En las últimas décadas, una acumulación deficiente ha sido sustituida por la simulación a través de la finanza y el crédito. Ahora, esta forma de vida “bajo perfusión” del capital encontró también sus límites y la crisis del mecanismo de la valorización parece ahora irreversible.

Esta crisis no es, como algunos quieren hacer creer, una trampa de los capitalistas, para imponer medidas aun más desfavorables a los trabajadores y los beneficiarios de ayudas públicas, para desmantelar a las estructuras públicas y aumentar las ganancias de los bancos y de los super-ricos. Es cierto que algunos actores económicos logran sacar grandes beneficios de la crisis, pero esto solo significa que un pastel cada vez más pequeño se divide en porciones más grandes entre un número más reducido de competidores. Es evidente que esta crisis está fuera de control y amenaza a la supervivencia del sistema capitalista en cuanto tal.

Por supuesto, no significa necesariamente que estemos asistiendo al último acto del drama iniciado hace 250 años. Que el capitalismo haya alcanzado sus límites – en términos económicos, ecológicos, energéticos – no significa que vaya a derrumbarse de un día para otro, aunque esto no esté del todo excluido. Más bien se puede prever un largo periodo de declive de la sociedad capitalista, con unos islotes repartidos en todas partes, a veces protegidos por muros, en donde la reproducción capitalista aún funcionaría, y con amplias regiones de tierra quemada, en donde los sujetos post-mercantiles buscarían sobrevivir de cualquier forma posible. El tráfico de drogas y los que rebuscan en los basureros son dos de los rostros más emblemáticos de un mundo que reduce a los seres humanos a la condición de “desechos”, cuyo mayor problema ya no es el de ser explotados sino simplemente de resultar superfluos desde el punto de vista de la economía mercantil, sin tener la posibilidad de regresar a las formas pre-capitalistas de una economía de subsistencia, basada en la agricultura y la artesanía. Ahí donde el capitalismo y su ciclo de producción y consumo dejará de funcionar, no será posible regresar a las antiguas formas sociales. El riesgo es entrar en nuevas configuraciones que combinen los peores elementos de las formaciones sociales anteriores. Y no hay duda de que quienes vivirán en los sectores de la sociedad que aún funcionen van a defender sus privilegios con todo, con armas y técnicas de vigilancia cada vez más perfeccionadas. Como bestia agonizante, el capitalismo puede todavía causar terribles estragos, no solo desencadenando guerras y violencias de todo tipo, sino también provocando daños ecológicos irreversibles, con la diseminación de OGM, de nanopartículas, etc. Entonces, la pésima salud del capitalismo sólo es una condición necesaria para el advenimiento de una sociedad liberada; de ninguna manera es una condición suficiente, en términos filosóficos. El hecho de que la cárcel esté en llamas no nos sirve de nada si la puerta no se abre, o si se abre hacia un precipicio.

Implica una gran diferencia con el pasado: durante más de un siglo, la tarea de los revolucionarios fue encontrar cómo acabar con el monstruo. Si se lograba eso, era inevitable que el socialismo, la sociedad libre – o cualesquiera que fuera su nombre – le sucediera. Hoy, la tarea de los que una vez eran los revolucionarios se presenta de manera invertida: frente a los desastres provocados por las revoluciones permanentes operadas por el capital, se trata de “conservar” algunas adquisiciones esenciales de la humanidad y tentar de llevarlas hacia una forma superior.

Ahora ya no es necesario demostrar la fragilidad del capitalismo, el cual ha agotado su potencial histórico de evolución – y esto es una buena noticia. Otra buena noticia es que tampoco se debe de concebir la alternativa al capitalismo bajo formas que más bien lo continúan. Diría que hay mucho más claridad en lo que se refiere a los objetivos de la lucha hoy en día que hace cuarenta años. Afortunadamente, dos maneras – a menudo entrelazadas – de concebir el post-capitalismo, que dominaron durante todo el siglo XX, han perdido mucha credibilidad, aunque estén lejos de haber desaparecido. Por un lado, el proyecto de superar el mercado con el Estado, la centralización, la modernización, y de confiar la lucha para alcanzar este objetivo a organizaciones de masas dirigidas por funcionarios. Poner a trabajar a todos era la meta principal de estas formas del “socialismo real”: hay que recordar que tanto para Lenin como para Gramsci, la fábrica de Henry Ford era el modelo para la producción comunista. Es cierto que la opción estatal sigue teniendo sus adeptos, sea bajo la forma del entusiasmo con el caudillo Chavez o con el planteamiento de más intervencionismo estatal en Europa. Pero en conjunto, el leninismo en todas sus variantes ha tenido que reducir su control sobre los movimientos contestatarios desde hace treinta años, y esto es muy positivo.

La otra manera de concebir la superación del capitalismo en una forma que más bien pareciera ser su intensificación y modernización se basa en una confianza ciega en los beneficios de las fuerzas productivas y la tecnología. En ambos casos, la sociedad socialista o comunista era concebida esencialmente como una distribución más justa de los frutos del desarrollo de una sociedad industrial por lo demás ampliamente conservada. La esperanza de que la tecnología y las maquinarias vayan a resolver todos nuestros problemas ha sufrido golpes severos desde hace cuarenta años, por el nacimiento de una conciencia ecológica y porque los efectos paradójicos de la tecnología sobre los seres humanos se han hecho más evidentes. (Quisiera recordar en este lugar que Iván Illich, a pesar de las reservas que podría formular sobre algunos aspectos de su obra, ha tenido el enorme mérito de poner en evidencia estos aspectos paradójicos, y quebrantar así la fe en el “Progreso”). Si bien la creencia que el progreso tecnológico lleva al progreso moral y social ya no asume la forma de la exaltación de la siderurgia o las centrales nucleares “socialistas”, o la del elogio incondicional del productivismo, ha encontrado sin embargo una nueva vida en las esperanzas a menudo grotescas que algunos nutren a propósito de la informática y la producción “inmaterial”. Es el caso por ejemplo en ocasión del debate actual sobre la “apropiación”, al cual se ha asociado recientemente los conceptos de “commons” y de “bien común”. Es cierto que toda la historia (y la prehistoria) del capitalismo ha sido la historia de la privatización de los recursos que antes eran comunes, como lo indica el caso ejemplar de los cercamientos en Inglaterra, en los siglos XVII y XVIII. Según una perspectiva ampliamente difundida, por lo menos en el medio de la informática, la lucha por la gratuidad y el acceso ilimitado a los bienes digitales es una batalla que tiene la misma importancia histórica y sería la primera en muchos siglos que los partidarios de la gratuidad y el uso común de los recursos hayan logrado ganar. Sin embargo, los bienes digitales nunca son bienes esenciales. Puede resultar simpático disponer gratuitamente de la última música o de tal video-clip, pero los alimentos, la calefación o la vivienda no son descargables en internet. Al contrario, están sometidos a una rarefacción y a una comercialización cada vez más intensas. Compartir carpetas (file-sharing) puede ser una práctica interesante, pero no es más que un epifenómeno si se compara con la rarefacción del agua potable en el mundo o con el calentamiento climático.

La tecnofilia bajo formas renovadas parece hoy menos “pasada de moda” que el proyecto de tomar el poder y constituye quizás un obstáculo mayor para una ruptura profunda con la lógica del capitalismo. Sin embargo, propuestas como la del decrecimiento, el ecosocialismo, la ecología radical o el retorno de los movimientos campesinos en todo el mundo indican, en su heterogeneidad y con todos sus límites, que una parte de los movimientos contestatarios actuales no creen que el progreso técnico tenga la misión de llevarnos a la sociedad emancipada. Y esto es también una buena noticia…

Entonces, diría que existe actualmente una claridad más grande en cuanto a los lineamientos de una verdadera alternativa al capitalismo. Esbozos como los que se presentaron en el seminario realizado en Cideci a finales de 2009 me parecen totalmente razonables(2). Sobre todo, es muy importante no limitarse a una crítica de la sola forma ultra-liberal del capitalismo, sino de apuntar al capitalismo en su conjunto, es decir a la sociedad mercantil basada en el trabajo abstracto y el valor, el dinero y la mercancía.

Si estamos un poco más seguro de que el capitalismo está en crisis y si tenemos un poco más de claridad en lo que se refiere a las alternativas, surge la siguiente pregunta: ¿cómo llegar a ellas? No quiero plantear aquí consideraciones estratégicas o pseudo-estratégicas, sino más bien preguntarme qué clase de mujeres y de hombres podrán realizar la transformación social necesaria. Ahí es donde radica el problema. Para decirlo de entrada, podemos tener la impresión de que la verdadera “regresión antropológica” provocada por el capital, sobre todo en las últimas décadas, también ha alcanzado a quienes podrían o quisieran oponerse a él. Es un cambio mayor al cual no siempre se le da suficiente atención. La economía mercantil nació en sectores muy limitados de algunos países; posteriormente, conquistó el mundo entero a lo largo de dos siglos y medio, no solo en sentido geográfico sino también al interior de cada sociedad (a veces se llama a ese proceso “colonización interior”). Paulatinamente, cualquier actividad, cualquier pensamiento o sentimiento, adentro de las sociedades capitalistas, tomaba la forma de una mercancía o podía ser satisfecho por mercancías. Se ha descrito a menudo los efectos de la sociedad del consumo y sus consecuencias particularmente nocivas al introducirse en el contexto de sociedades tradicionales consideradas como “atrasadas” (y aquí también podría citar a Iván Illich). Es bien conocido y sobraría repetirlo aquí. Pero no se presenta con suficiente claridad el hecho de que, a causa de esta evolución, la sociedad capitalista ya no aparece dividida simplemente en dominantes y dominados, explotadores y explotados, administradores y administrados, verdugos y víctimas. El capitalismo es, de manera cada vez más visible, una sociedad gobernada por los mecanismos anónimos y ciegos, automáticos e incontrolables, de la producción de valor. Todos parecen a la vez actores y víctimas de este mecanismo, aunque por supuesto los papeles asumidos y las recompensas alcanzadas no son los mismos.

En las revoluciones clásicas, y en su punto más alto en la Revolución española de 1936, el capitalismo era combatido por poblaciones que sentían al capitalismo como una exterioridad, una imposición, una invasión. Le oponían valores, formas de vivir y concepciones de la vida humana totalmente diferentes. Aunque no hay que idealizarlas, constituían de cierta manera una alternativa cualitativa a la sociedad capitalista. Que lo hayan admitido o no, estos movimientos sacaban buena parte de su fuerza de su arraigamiento en ciertas costumbres precapitalistas: en la inclinación al don, a la generosidad, a la vida en colectivo, al desprecio de la riqueza material como fin en sí mismo, en otra percepción del tiempo… Marx tuvo que admitir al final de su vida que lo que quedaba de la antigua propiedad colectiva de la tierra en numerosos pueblos podía constituir una base para una sociedad comunista futura. Hoy, estas formas siguen existiendo, sobre todo entre los pueblos indígenas de América latina y dejo que ustedes digan si pueden formar la base de una sociedad futura emancipada, que tenga profundas raíces en el pasado. Imagino que su respuesta es sí…

Si esto constituye una luz de esperanza, hay que reconocer que significa también a la inversa que, casi en todos los otros lugares, en los países llamados “desarrollados”, en las megapolis del resto del mundo, y hasta en las zonas rurales más apartadas, los individuos sienten cada vez menos a la mercancía omnipresente como un sometimiento ajeno a sus tradiciones, sino, al contrario, como un objeto de deseo. Sus revendicaciones tienen que ver en lo esencial con las condiciones de su participación a este reino, como ya fue el caso del movimiento obrero clásico. Que sea en la forma de un conflicto salarial mediatizado por los sindicatos o de una revuelta en los suburbios, la cuestión es casi siempre la del acceso a la riqueza mercantil. Dicho acceso es generalmente necesario para poder sobrevivir en la sociedad de la mercancía, esto es indudable. Pero es igualmente cierto que estas luchas no plantean la exigencia de superar al sistema actual y crear otras maneras de vivir. De cierta manera, el individuo que pertenece a las sociedades “desarrolladas” de hoy parece más lejos que nunca de una solución emancipatoria. Le faltan las bases subjetivas de una liberación, y por lo tanto también el deseo de esta, porque interiorizó el modo de vida capitalista (competencia, éxito, rapidez, etc.). En general, sus protestas apuntan al miedo de quedar excluido de este modo de vida, o de no alcanzarlo; en muy pocas ocasiones a su mero rechazo. La sociedad mercantil agota las fuentes vivas de la imaginación entre los niños, acosados desde su más temprana edad por verdaderas máquinas para descerebrarlos. Esto es por lo menos tan grave como los recortes en las pensiones, pero no empuja a millones de personas a marchar en las calles o a asediar a los productores de videojuegos y de canales de TV infantiles.

Los movimientos de protesta que aparecen ahora en el escenario no carecen de una cierta ambigüedad. Muchas veces, la gente protesta simplemente porque el sistema no cumple sus promesas. De esta forma, se manifiestan por la defensa del status quo, o más bien del status quo ante. Veamos el movimiento Occupy Wall Street y sus propagaciones. Ahí, se responsabiliza de la crisis actual al sector financiero. Se afirma que la economía, y finalmente la sociedad en su conjunto, están dominadas par la esfera financiera. Según la crítica de la finanza, actualmente muy difundida, los bancos, los seguros, y los fondos especulativos no invierten en la producción real, pero canalizan casi todo el dinero disponible hacia la especulación que solo enriquece a los especuladores, mientras destruye empleos y crea la miseria. El capital financiero, según se dice, puede imponer su ley incluso a los gobiernos de los países más poderosos, cuando es que no prefieren corromperlos. También compran a los medios. Así, la democracia se va vaciando de toda sustancia.

Pero, ¿qué tan seguros estamos de que el poder absoluto de la esfera financiera y las políticas neoliberales que las sostienen son la causa principal de las actuales turbulencias? ¿Y si, al revés, fueran tan solo el síntoma de una crisis mucho más profunda? Lejos de ser un factor que perturba una economía en sí misma sana, la especulación es lo que ha permitido mantener durante las últimas décadas la ficción de la prosperidad capitalista. Sin las muletas ofrecidas por la financiarización, la sociedad de mercado ya se habría derrumbado, con sus empleos y también con su democracia. Lo que se anuncia detrás de las crisis financieras es el agotamiento de las categorías de base del capitalismo: mercancía y dinero, trabajo y valor.

Frente al totalitarismo de la mercancía, no podemos limitarnos a gritar a los especuladores y otros grandes ladrones: “Devuélvenos nuestro dinero”. Más bien es necesario entender el carácter altamente destructor del dinero, de la mercancía, y del trabajo que los produce. Pedir al capitalismo que se sanee, para lograr una mejor repartición y volverse más justo, es una ilusión. Los cataclismos actuales no se deben a una conjuración de la fracción más codiciosa de la clase dominante; son más bien la consecuencia inevitable de los problemas que desde siempre son parte de la naturaleza misma del capitalismo. Vivir a crédito no es una perversión corregible, sino algo como un último estertor para el capitalismo y todos los que viven en este sistema.

Ser conscientes de todo esto permite evitar las trampas del populismo que pretende liberar a “los trabajadores y los ahorradores honestos” (vistos como simples víctimas del sistema) del dominio de un mal personificado por la figura del especulador. Salvar al capitalismo atribuyendo todos sus errores a la actuación de una minoría internacional de “parásitos”: esto ya se ha visto antes en Europa.

La única opción es una verdadera crítica de la sociedad capitalista en todos sus aspectos, y no solo del neoliberalismo. El capitalismo no es únicamente el mercado: el Estado es su otra cara (al mismo tiempo que este está estructuralmente sometido al capital). El Estado nunca puede ser un espacio público de decisión soberana. Incluso en cuanto binomio Estado-Mercado, el capitalismo no es, o ya no es, una mera coacción que se impone desde fuera a unos sujetos siempre refractarios. Desde hace mucho tiempo, el modo de vida que ha creado el capitalismo pasa casi por doquier por altamente deseable y su fin posible por una catástrofe. Invocar a la “democracia” (incluso “directa” o “radical”) no sirve para nada si los sujetos a los que se pretende restituir su voz son unos reflejos del sistema que los contiene.

Es por esto que la consigna “Somos el 99%”, que según se dice ha sido inventada por un ex publicitario pasado a la anti-publicidad (adbusters), Kalle Lasn, y que los medios consideran como “genial”, me parece delirante. ¿Bastaría con liberarse del dominio del 1% más rico y más poderoso de la población para que todos los demás vivieramos felices? Entre estos “99%”, ¿cuántos pasan horas frente a su televisión, explotan a sus empleados, roban a sus clientes, estacionan a su carro en la banqueta, comen en McDonald’s, pegan a su mujer, dejan a sus niños jugar con videjuegos, hacen turismo sexual, gastan su dinero comprando ropa de marca, consultan a sus celulares cada dos minutos, es decir son parte integrante de la sociedad capitalista? Herbert Marcuse ya había definido con mucha claridad la paradoja, el verdadero círculo vicioso de cualquier empresa de liberación (el cual, desde entonces, no dejó de profundizarse): los esclavos ya tienen que ser libres para alcanzar su liberación.

Algunos podrán considerar que estas críticas son excesivas, poco generosas o incluso sectarias. Se dirá que lo importante es que la gente por fin vuelva a moverse, a protestar, que abran los ojos. Que luego van a profundizar las razones de su rebelión; que su grado de consciencia va a elevarse. Es posible y de hecho nuestra salvación depende de esto. Pero, para llegar a este punto, es indispensable criticar todo lo que hay que criticar en estos movimientos, en lugar de correr detrás de ellos. No es cierto que cualquier oposición, cualquier protesta, es en sí misma una buena noticia. Con los desastres que se van a producir en cadena, con las crisis económicas, ecológicas y energéticas que van a profundizarse, es absolutamente seguro que la gente va a rebelarse en contra de lo que le suceda. Pero toda la cuestión es saber cómo van a reaccionar: pueden ponerse a vender droga, enviar a sus esposas a prostituirse; pueden robar las zanahorias orgánicas cultivadas por un campesino o enrolarse en una milicia; pueden organizar una inútil masacre de banqueros o dedicarse a la caza a los migrantes. Pueden limitarse a organizar su propia supervivencia en medio de la debacle. Pueden adherir a movimientos fascistas y populistas, que designan unos culpables a la venganza popular. O, al contrario, pueden luchar para la construcción colectiva de una mejor manera de vivir sobre las ruinas dejadas por el capitalismo. No todo el mundo se va a precipitar sobre esta última opción; incluso sigue siendo la más difícil. Si atrae demasiado poca gente, quedará aplastada. Entonces, lo que podemos hacer hoy, es esencialmente esto: obrar para que las protestas que de cualquier modo no dejarán de surgir, tomen las decisiones apropiadas. Sin lugar a dudas, la presencia de rasgos procedentes de las sociedades precapitalistas puede ampliamente contribuir a la construcción del buen camino.

____________________
Notas:
1) « ¿Se volvió obsoleto el dinero? », La Jornada, 23 de diciembre de 2011.
2) Me refiero en particular a la ponencia de Jérôme Baschet, « Anticapitalismo/postcapitalismo ».

Ponencia realizada en el « IIº Seminario Internacional de reflexión y análisis “Planeta tierra: movimientos antisistémicos”. CIDECI, dic-30 (20011) a ene-02 (2012). »

TRAGTENBERG: escola

jeudi, décembre 3rd, 2015

Pérolas facebookadas:

Maurício Tragtenberg

:: Pedagogia Burocrática :: « No fundo, o problema educacional é político e econômico, e se reflete na educação. Ele é aparentemente só educacional. É isso um dado básico. Nos termos da pedagogia burocrática, nós conferimos o aluno. O que é o aluno? Uma nota. E até na universidade você ganha nota por um trabalho. Ora, a nota que o aluno recebe pelo trabalho é igual ao salário que o operário recebe pelo trabalho. É idêntico. É a mesma relação de submissão-dominação que o sistema cria. O capital oferece ao trabalhador um salário pelo seu trabalho. O sistema nos coloca em condições de oferecer notas ao trabalho do aluno. É o salário dele, mas é a mesma relação. Por que há essa pedagogia burocrática? Não é propriamente tanto para transmitir conteúdo porque a escola é mais um elemento de disciplinamento, uma prisão, um hospital psiquiátrico tradicional. Hospital psiquiátrico não cura ninguém. Simplesmente o paciente é sedado para não ‘encher’ o psiquiatra. Por isso é que são depósitos de pessoas. (…) Da mesma maneira que o hospital psiquiátrico é disciplinador, a escola é disciplinadora porque ela forma regras de submissão e dominação. A pedagogia burocrática é fundada para isso, porque ela cria aquele elemento submisso que vai ser um submisso na empresa privada. (…) A escola não educa para a autonomia, educa para a submissão. Para ela educar, ela pode educar para a autonomia. (…) Há uma educação para submissão e uma educação para a autonomia e para autogestão. Mas isso depende de um processo social fora da escola. » [Maurício Tragtenberg, « O papel social do professor », 15 de novembro de 1980, in « Educação e Burocracia », p. 110-111)

 Maurício Tragtenberg

:: « Hierarquia administrativa e pedagógica » :: « O professor é submetido a uma hierarquia administrativa e pedagógica que o controla. Ele mesmo, quando demonstra qualidades excepcionais, é absorvido pela burocracia educacional para realizar a política do Estado, portanto, da classe dominante, em matéria de educação. Fortalecem-se os célebres ‘órgãos’ das Secretarias de Educação em detrimento do maior enfraquecimento da unidade escolar básica. Na unidade escolar básica é o professor que julga o aluno mediante a nota, participa dos Conselhos de Classe, onde o destino do aluno é julgado, define o Programa de Curso nos limites prescritos e prepara o sistema de provas ou exames. Para cumprir essa função ele é inspecionado, é pago por esse papel de instrumento de instrumento de reprodução e exclusão. » (Maurício Tragtenberg, « Relações de poder na escola », 1985)

« A escola se constitui num centro de discriminação, reforçando tendências que existam no ‘mundo de fora’. O modelo pedagógico instituído permite efetuar vigilância constante. As punições escolares não objetivam acabar com ou ‘recuperar’ os infratores, mas ‘marcá-los’ com um estigma, diferenciando-os dos ‘normais’, confiando-os a grupos restritos que personificam a desordem, a loucura ou o crime […] É a estrutura da escola que legitima o poder de punir, que passa a ser visto como natural. Faz com que as pessoas aceitem tal situação. É dentro dessa estrutura que se relacionam os professores, os funcionários técnicos e administrativos e o diretor ». [Maurício Tragtenberg, « Relações de Poder na Escola », artigo escrito há 30 anos]

:: via Marx da Revolução :: « A autogestão pedagógica teria o mérito de devolver à universidade um sentido de existência, qual seja: a definição de um aprendizado fundado numa motivação participativa e não no decorar determinados « clichês », repetidos semestralmente nas provas que nada provam, nos exames que nada examinam, mesmo porque o aluno sai da universidade com a sensação de estar mais velho, com um dado a mais: o diploma acreditativo que em si perde valor na medida em que perde sua raridade ».(TRAGTENBERG, Maurício (1990) Sobre Educação, Política e Sindicalismo, 2ª edição. São Paulo, Cortez Editora/Autores Associados (Coleção Teoria e Prática Sociais))

Photo de Marx da Revolução.

:: Sobre o vestibular :: « O vestibular escolhe os escolhidos. (…) Eu acho qualquer seleção, em tese, execrável, especialmente educacional, porque ela mascara uma seleção social pré-existente »

« …Na rede escolar, o culto da arte, ciência pura, profundidade filosófica, sutilezas psicológicas, são formas de inculcação vinculadas a orientar a ação do educando conforme as normas de direito, políticas hegemônicas, sendo representadas enquanto deveres.

A inculcação não se dá pelo discurso mas através de práticas de exercícios escolares onde a nota equivale ao salário, recompensa pelo trabalho realizado. Da mesma maneira que o mercado do trabalho é regulado pela competição, no interior da escola ela é cultuada nos sistemas de promoção seletivos. O aluno é obrigado a estar na escola e é livre para decidir se quer ou não, ter êxito ou não, como o indivíduo é livre ante o mercado de trabalho.

As práticas do ritualismo escolar, deveres, disciplinas, punições e recompensas, constituem o universo pedagógico. A escola realiza com êxito o processo de recalcamento de pontos de vista opostos aos hegemônicos e esse sujeição condiciona a inculcação. O trabalho é vagamente valorizado, enquanto artesanato, o processo histórico é reduzido a um conjunto de guerras, datas e nomes cuja finalidade principal é reduzir à insignificância o significativo: dimensões sociais do histórico ou sua temporalidade. Veja-se a dificuldade em convencer os historiadores de que o presente também é história.

O aparelho escolar contribui para a reprodução da qualidade da força de trabalho, na medida em que transmite saber e regras de conduta (ler, escrever e contar), que têm um destino produtivo. »

Camila MORENO: Millones

jeudi, décembre 3rd, 2015

aos estudantes, de Ayotzinapa aos Chiapas,

dos ribeirinhos da bacia do Xingú aos do Rio Doce,

das escolas da roça às das megalópoles.

Millones

Camila Moreno

Farmacéutica, trasatlántica, trasandina
Una vida se apaga porque le estorba
Que no se muera pronto pa’ darle la vacuna
Ellos dicen ser buenos reparten pastillas
Ay que pena que le da si se hace tira
Ellos dicen ser buenos reparten pastillas
Ay que pena que le da pero es mentira.

Quieren millones, millones, millones,
millones, millones, millones.
Millones, millones, millones,
millones, millones, millones.
Millones de alma en su inmensa cuenta
Millones de casas sobre la selva.

Y esto pasan los días, pasan las noches
Pasan todos los segundos que tomo té en la cocina.

Farmacéutica, trasatlántica, trasandina
Una vida se apaga porque le estorba
Que no se muera pronto pa’ darle la vacuna.

Quieren millones, millones, millones,
millones, millones, millones.
Millones de alma en su cuenta
Millones de represa en la tierra.

Ellos gobernaron: el pasado, la rutina, la energía
No gobernaran el futuro
Ellos gobernaron: el pasado, la rutina, la energía
No gobernaran el futuro, no
No gobernaran el presente, el futuro

Quieren millones, millones, millones,
millones, millones, millones.
Millones de alma en su cuenta
Millones de represa en la tierra.

DEBORD: Du terrorisme

mardi, décembre 1st, 2015

Du terrorisme, par Guy Debord.

[reretwitté par Guy Debord, de via , du blog http://dormirajamais.org/commentaires-2/]

Cette démocratie si parfaite fabrique elle-même son inconcevable ennemi, le terrorisme. Elle veut, en effet, être jugée sur ses ennemis plutôt que sur ses résultats. L’histoire du terrorisme est écrite par l’État ; elle est donc éducative. Les populations spectatrices ne peuvent certes pas tout savoir du terrorisme, mais elles peuvent toujours en savoir assez pour être persuadées que, par rapport à ce terrorisme, tout le reste devra leur sembler plutôt acceptable, en tout cas plus rationnel et plus démocratique.

La modernisation de la répression a fini par mettre au point, d’abord dans l’expérience-pilote de l’Italie sous le nom de « repentis», des accusateurs professionnels assermentés ; ce qu’à leur première apparition au XVIIe siècle, lors des troubles de la Fronde, on avait appelé des «témoins à brevet». Ce progrès spectaculaire de la Justice a peuplé les prisons italiennes de plusieurs milliers de condamnés qui expient une guerre civile qui n’a pas eu lieu, une sorte de vaste insurrection armée qui par hasard n’a jamais vu venir son heure, un putschisme tissé de l’étoffe dont sont faits les rêves.

On peut remarquer que l’interprétation des mystères du terrorisme paraît avoir introduit une symétrie entre des opinions contradictoires ; comme s’il s’agissait de deux écoles philosophiques professant des constructions métaphysiques absolument antagonistes. Certains ne verraient dans le terrorisme rien de plus que quelques évidentes manipulations par des services secrets; d’autres estimeraient qu’au contraire il ne faut reprocher aux terroristes que leur manque total de sens historique. L’emploi d’un peu de logique historique permettrait de conclure assez vite qu’il n’y a rien de contradictoire à considérer que des gens qui manquent de tout sens historique peuvent également être manipulés ; et même encore plus facilement que d’autres. Il est aussi plus facile d’amener à « se repentir » quelqu’un à qui l’on peut montrer que l’on savait tout, d’avance, de ce qu’il a cru faire librement. C’est un effet inévitable des formes organisationnelles clandestines de type militaire, qu’il suffit d’infiltrer peu de gens en certains points du réseau pour en faire marcher, et tomber, beaucoup. La critique, dans ces questions d’évaluation des luttes armées, doit analyser quelquefois une de ces opérations en particulier, sans se laisser égarer par la ressemblance générale que toutes auraient éventuellement revêtue. On devrait d’ailleurs s’attendre, comme logiquement probable, à ce que les services de protection de l’État pensent à utiliser tous les avantages qu’ils rencontrent sur le terrain du spectacle, lequel justement a été de longue date organisé pour cela ; c’est au contraire la difficulté de s’en aviser qui est étonnante, et ne sonne pas juste.

L’intérêt actuel de la justice répressive dans ce domaine consiste bien sûr à généraliser au plus vite. L’important dans cette sorte de marchandise, c’est l’emballage, ou l’étiquette : les barres de codage. Tout ennemi de la démocratie spectaculaire en vaut un autre, comme se valent toutes les démocraties spectaculaires. Ainsi, il ne peut plus y avoir de droit d’asile pour les terroristes, et même si l’on ne leur reproche pas de l’avoir été, ils vont certainement le devenir, et l’extradition s’impose. En novembre 1978, sur le cas de Gabor Winter, jeune ouvrier typographe accusé principalement, par le gouvernement de la République Fédérale Allemande, d’avoir rédigé quelques tracts révolutionnaires, Mlle Nicole Pradain, représentant du ministère public devant la Chambre d’accusation de la Cour d’appel de Paris, a vite démontré que « les motivations politiques », seule cause de refus d’extradition prévue par la convention franco-allemande du 29 novembre 1951, ne pouvaient être invoquées :

«Gabor Winter n’est pas un délinquant politique, mais social. Il refuse les contraintes sociales. Un vrai délinquant politique n’a pas de sentiment de rejet devant la société. Il s’attaque aux structures politiques et non, comme Gabor Winter, aux structures sociales.» La notion du délit politique respectable ne s’est vue reconnaître en Europe qu’à partir du moment où la bourgeoisie avait attaqué avec succès les structures sociales antérieurement établies. La qualité de délit politique ne pouvait se disjoindre des diverses intentions de la critique sociale. C’était vrai pour Blanqui, Varlin, Durruti. On affecte donc maintenant de vouloir garder, comme un luxe peu coûteux, un délit purement politique, que personne sans doute n’aura plus jamais l’occasion de commettre, puisque personne ne s’intéresse plus au sujet ; hormis les professionnels de la politique eux-mêmes, dont les délits ne sont presque jamais poursuivis, et ne s’appellent pas non plus politiques. Tous les délits et les crimes sont effectivement sociaux. Mais de tous les crimes sociaux, aucun ne devra être regardé comme pire que l’impertinente prétention de vouloir encore changer quelque chose dans cette société, qui pense qu’elle n’a été jusqu’ici que trop patiente et trop bonne ; mais qui ne veut plus être blâmée.

Guy-Ernest Debord, Commentaires sur la société du spectacle, Éditions Gérard Lebovici, 1988.